Cruzando el inmenso y árido interior de Australia, nuestro vehículo 4×4 ha levantado una nube de polvo de cuatro pisos de alto que queda suspendida interminablemente en el aire, sin ninguna brisa que la disipe. Todavía no son las 8 de la mañana y ya hacen más de 30 grados y pronto serán 40. Suerte que hemos venido en primavera y no en pleno verano, cuando las temperaturas suelen superar los 50 grados.

Vamos a la mina de cobre Lady Annie, cerca de Mount Isa en el corazón de Queensland.
Mount Isa se denomina la “Capital Australiana del Rodeo” y es la ciudad natal del famoso golfista Greg Norman. Es también conocida como el centro de una de las regiones mineras más ricas del país, con enormes reservas de oro, cobre y níquel. Pero por su clima, no es un lugar fácil para ganarse la vida.
ROCK Australia, contratista líder en el sector de la perforación, se estableció recientemente en la región. Ganó el contrato de perforación con explosivos para la nueva mina de cobre de CST Minerals y, después de los festejos, había que organizar el trabajo para cumplir los objetivos de producción.
Es un contrato especial para ROCK. En Australia ocupa el segundo puesto del sector y es la empresa que más crece. Por lo tanto, el equipo de ROCK es consciente de que las empresas locales la vigilarán de cerca. A pesar de contar con más de 20 años de experiencia como contratista líder en perforaciones de voladura, es la primera vez que se responsabiliza por las tronaduras.
Roy Coates, su director general ejecutivo, no duda en citar el viejo eslogan de Avis, la empresa de alquiler de coches: “Somos el número dos; por eso nos esforzamos más”. Para ROCK, esforzarse más ha dado frutos; tiene una cartera de pedidos llena, una fama envidiable por su seguridad y confiabilidad, y una lista de clientes que incluye a lo mejor de la industria minera nacional.

El contrato con CST implicaba desafíos especiales, dice Coates.
“Estipulaba que, para cumplir los objetivos del cliente, teníamos que tener todo instalado y funcionando en poco más de tres semanas y aumentar rápidamente la producción”, dice.

Pero, como explica Coates, ROCK tenía que hacer algo excepcional para cumplir los objetivos de producción del contrato. Por eso encargo de urgencia la última “superperforadora” de Sandvik, la DP1500i.
ROCK se convirtió en la primera empresa australiana en poseer y operar estas nuevas máquinas.
“Siempre estamos abiertos a nuevas tecnologías y nuestros estudios indicaban que la nueva perforadora nos daría una ventaja real en términos de productividad”, dice Coates.
Menos de tres semanas después de cursar el pedido, Michael Zirbel, jefe regional de la línea de perforadoras de superficie de Sandvik, había organizado el transporte por carretera de una perforadora nueva desde Perth, una distancia de más de 3.000 kilómetros, y su puesta en servicio en la mina, lista para entrar en funcionamiento el primer día de vigencia del contrato.
“Como parte del trato, Michael también envió un simulador a la delegación de Sandvik en Mount Isa para poder capacitar a los operadores sin ocupar tiempo productivo de la perforadora”, dice Coates. “Entrenados en el simulador, los operadores pueden trabajar sin problemas en la mina poco después de sentarse por primera vez en la nueva perforadora”.

Una característica determinante de la DP1500i fue el bajo consumo de su nuevo motor, que trabaja a bajas revoluciones. Gracias a esta economía de consumo, y un tanque de combustible más grande, la perforadora puede trabajar dos turnos sin reabastecerse.

“También nos pareció muy útil la posibilidad de preajustar los parámetros de perforación desde el interior de la cabina”, dice Coates. “Esto significa que nuestros operadores pueden afinar y almacenar parámetros óptimos para cada mina, o incluso para zonas concretas de una mina. Al haber una amplia variabilidad en las condiciones del terreno, mejora significativamente la productividad, ya que los operadores pueden empezar a perforar enseguida, en cualquier punto de la mina”.
El calor y el polvo del interior australiano suponen una dura prueba para hombres y máquinas. Si hubiera que diseñar un campo de pruebas que llevara al límite los sistemas de refrigeración de los vehículos, sería muy similar a las condiciones que se dan día tras día en Lady Annie. La nueva perforadora, explica Coates, con sus enfriadores de gran capacidad, un enfriador de combustible y ventiladores de refrigeración de aceite, trabaja sin problemas en este duro entorno.
“Resumiendo: con la inestimable ayuda de Michael Zirbel y su equipo, estábamos perforando en la mina a los 16 días de haber ganado el contrato”, dice Coates. “Y en una semana haremos la primera voladura. Es un logro que es mérito de todos. Y visto el rendimiento que ha tenido la perforadora, hemos decidido encargar dos más”.
Jim Ward