Sorpresa dorada

Una casualidadpermitió descubrir un método para la recuperación de oro con almidón de maíz. El descubrimiento puede hacer mucho menos nocivo el negocio minero y se basa en sencillos procedimientos químicos.

λ Cuando Zhichang Liu, investigador posdoctoral de química, quiso adaptar estructuras cúbicas tridimensionales para que pudieran almacenar gases y pequeñas moléculas, nunca se imaginaba que iría a descubrir una solución más barata y potencialmente más ecológica para recuperar el oro.

Liu mezcló sales disueltas de bromuro de oro y ciclodextrina en el laboratorio de su equipo en la Universidad Northwestern, en Illinois, para formar estructuras cúbicas alargadas con poros grandes. Pero en su lugar, y para su  asombro, menos de un minuto de después de mezclar las dos soluciones, se formaron agujas.

Un concepto ganador

La Universidad Northwestern califica lo sucedido como serendipia, un descubrimiento casual, que se puede aprovechar gracias a la ciencia fundamental contemporánea.

Su aplicación industrial beneficiaría tanto el medio ambiente como la minería. El producto residual de la cianuración plantea un peligro ambiental importante que es muy caro de prevenir.

“Al principio, me decepcionó constatar que mi experimento no producía lo que esperaba sino un precipitado lustroso de color marrón claro”, dice Liu. “Pero quedé fascinado cuando vi cómo se formaban las agujas y me decidí a estudiar su composición”.

Posteriormente, utilizando métodos químicos simples, Liu probó seis complejos distintos de ciclodextrina. El que mejor aislaba el oro fue la alfa-ciclodextrina, una molécula cíclica compuesta por seis unidades de glucosa y derivada del almidón de maíz.

“La alfa-ciclodextrina ganó la medalla de oro”, dice Sir Fraser Stoddart, el profesor de química que lidera el equipo de investigación de Zhichang Liu. “Sin proponérselo, Zhichang encontró una poción mágica para aislar el oro de cualquier material sin contaminar.

“Eliminar el cianuro de la industria del oro tiene una enorme importancia medioambiental”, dice Stoddart. “Podemos sustituir unos reactivos tóxicos con un material barato y biológicamente inocuo derivado del almidón de maíz”.

Este método extrae el oro de fuentes no procesadas y deja otros metales que a menudo se encuentran mezclados con el oro. Según Liu, el proceso también puede utilizarse para extraer oro de chatarra electrónica de consumo. El método de ciclodextrina ahora busca una aplicación tecnológica.

Texto: David Noble/Fotos: Getty Images