<p>Imagen microscópica de una hoja de un árbol de caucho, que muestra la presencia de oro, cobre y estroncio.</p>
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Imagen microscópica de una hoja de un árbol de caucho, que muestra la presencia de oro, cobre y estroncio.

Hojas de oro, al natural

La agencia científica nacional de Australia ha descubierto que los eucaliptos absorben oro a través de sus profundas raíces y lo excretan a través de sus hojas y corteza.

Investigadores australianos han encontrado trazas auríferas en algunos eucaliptos del país pero no pronostican por ello una nueva fiebre de oro. Es que el árbol debe crecer encima de un yacimiento de oro y, además, la cantidad de oro en las hojas es ínfima: pequeñas ‘pepitas’ con una quinta parte del grosor de un cabello humano. Para una alianza, harían falta 500 grandes eucaliptos situados justo encima de un yacimiento de oro. Y para encontrarlo, hará falta un detector especial, como el sistema Maia de alta tecnología utilizado por la Organización para la Investigación Industrial y Científica de la Mancomunidad Australiana (CSIRO).

CSIRO de un vistazo

La Organización para la Investigación Industrial y Científica de la Mancomunidad (CSIRO) es la agencia científica nacional de Australia. Tiene 11 divisiones de investigación, que incluyen ciencias de la tierra e ingeniería de recursos. Fundada en 1926, ahora tiene más de 50 centros y 6.600 empleados en Australia y en el extranjero. Este estudio se centró en los eucaliptos y acacias en la región minera de Kalgoorlie en Australia Occidental y en las dunas del sur del país. Los hallazgos fueron publicados en la revista Nature Communications.

La investigación fue financiada en parte por la Australian Mineral Institute Research Association.

Aunque extraer el oro de los eucaliptos no hará rico a nadie, el descubrimiento podría ofrecer a las empresas un método de exploración alternativo a la perforación.

“Determinar el contenido mineral de las hojas y corteza podría ofrecer una manera más económica y más respetuosa con el entorno de localizar y valorar los depósitos de minerales, sobre todo para las empresas más pequeñas con menos capital y equipo”, dice el Dr. Mel Lintern, del equipo de investigación.

La CSIRO investiga desde los años 80 el modo en que los árboles –sobre todo los eucaliptos y las acacias– absorben los metales y minerales. Analizar muestras tomadas de las hojas de eucaliptos podría indicar cuánto mineral de oro hay por debajo. Es una técnica útil en zonas con sedimentos fluviales profundos, dunas de arena y roca erosionada, donde muchas veces cuesta ver los minerales a través del material que los cubre.

Algunas empresas mineras ya han integrado el muestreo de árboles en sus actividades de exploración, dice Lintern. El muestreo de árboles se utiliza en bosques densos en Canadá y Rusia y también en Sudamérica, donde puede haber problemas de acceso para los equipos de perforación. “El próximo paso es plasmar nuestros resultados en una técnica robusta que puedan utilizar las empresas de exploración y que sirva para otros metales, como zinc y cobre”, dice.

Texto: Alanna H Eames