Impulsar una cultura de seguridad

Tras siglos de actividad y de tragedias, la industria minera –que suministra muchos de los materiales que usamos y valoramos– se encuentra en plena revolución de la seguridad.

Aunque los diarios sigan informando de graves accidentes en las minas, la seguridad está mejorando. Es un resultado de los avances en la tecnología y los métodos de extracción, junto con la evaluación proactiva de riesgos. Aplicar un enfoque proactivo exige evaluar los riesgos antes de que tengan consecuencias.
“Es un cambio muy importante para el sector”, dice el profesor Jim Joy del Centro de Sanidad y Seguridad de la Industria Minera de la Universidad de Queensland en Australia. Joy es asesor de entes reguladores de la industria minera y de grandes empresas mineras en todo el mundo.


Pese a que muchos países han declarado una política de tolerancia cero, sigue habiendo accidentes graves en las minas. En noviembre de 2008, una explosión en una mina de carbón, en Petrila, Rumania, mató a 12 mineros.
“En los últimos 20 años, la seguridad en las minas de todo el mundo ha mejorado espectacularmente”, dice Joy. “En gran parte, por las nuevas tecnologías y métodos, como de pared alta en la minería de carbón”.
“La seguridad en la minería no es sólo una cuestión de tecnología sino también de sistemas de trabajo seguro y de conducta”, dice Stuart Evans, director global de medio ambiente, salud y seguridad en Sandvik Mining and Construction. “Es vital desarrollar una cultura fuerte en favor de la seguridad en todos los centros de trabajo. Una buena seguridad es buena para los negocios y es un factor cada vez más importante en la elección de proveedor preferido de equipos.

Sandvik Mining and Construction tiene su propia política de medio ambiente, salud y seguridad y, según Evans, los sistemas y la cultura de seguridad están cada vez más integrados en la empresa. A finales de 2008, la frecuencia global de lesiones con tiempo perdido en Sandvik Mining and Construction era la mitad de la de 2005.
En Estados Unidos, según datos de la Administración de Sanidad y Seguridad de Minas del Departamento del Trabajo, se registraron 1.546 muertes y 81.342 heridos en las minas del país entre 1936 y 1940. Entre 2006 y 2007, hubo 69 muertes y 11.800 heridos.
La mitad de las minas activas enEE.UU. acabaron el año 2007 sin ningún accidente con tiempo perdido. Si bien China puede señalar a algunas minas con un excelente historial de seguridad, fue el país con el mayor número de muertes en la minería en 2007. Ese año, según cifras de la Administración Estatal de Seguridad Laboral, fallecieron 3.800 personas pero muchos creen que la cifra real es mayor.

Cuidando de los operarios en la mina

Sin duda, la manera más eficaz de mejorar la seguridad es alejarse de los lugares donde existen los riesgos.
Ése es el objetivo de AutoMine, el sistema automatizado de carguío de mineral de Sandvik, una solución completa para mejorar la seguridad y la eficiencia de las actividades de la minería subterránea a través de tecnologías de automatización.
Con AutoMine, los cargadores en las minas subterráneas se controlan a distancia, de forma más productiva, con más tiempo en servicio y menos desgaste, reduciendo con ello el costo por tonelada.
“Cada vez, la gente exige soluciones más seguras y más eficientes”, dice Taina Heimonen, jefa global de productos de automatización de minas, en Sandvik Mining and Construction. “Es uno de los motores del progreso en la minería”.
La empresa desarrolla tecnologías de automatización desde 1990. Hoy, la tecnología AutoMine está presente en algunas de las minas más importantes del mundo.
Una de las primeras instalaciones del AutoMine, se hizo en 2005 en la mina de diamantes DeBeers de Sudáfrica, con camiones sin conductor que recorren un bucle de transporte entre la mina y la trituradora.
Las leyes sudafricanas limitan la velocidad máxima de los equipos de minería tripulados a 16 kilómetros por hora. La revista Engineering and Mining Journal señala, en cambio, que el AutoMine permite a los camiones de la mina Finsch alcanzar velocidades de 35 km/h, conducidos desde la comodidad y la seguridad de una sala de control a distancia.

En sudafrica, unos 240.000 mineros entraron en huelga, en diciembre de 2007, para protestar contra las malas condiciones de seguridad. La huelga se declaró a raíz de un incidente en el que 3.000 mineros quedaron atrapados en una mina de oro durante un día entero. En 2006, hubo 199 muertes.
“Los trabajadores están diciendo ‘ya basta’”, declara Erick Gcilitshana, de la Unión Nacional de Mineros de Sudáfrica, a la revista African Business. “La seguridad es imprescindible. Los empresarios deben tomar la iniciativa e invertir en seguridad de la misma forma que invierten en producción”.

El ocultamiento de los datos sobre accidentes laborales ha sido un problema endémico del sector, en parte por la práctica ya casi desaparecida de pagar primas por no tener accidentes. Hoy en día, las imprudencias graves y deliberadas que tienen un desenlace fatal son castigadas en muchos países con multas importantes, y penas de cárcel para los máximos responsables de la empresa.
“La tendencia en el sector, aunque es un desarrollo relativamente reciente, es no fijarse tanto en los indicadores pasados [el número de lesiones o muertes] y fijarse más en lo que se ha hecho para prevenir incidentes. Es un indicador de que se han hecho bien las cosas”, dice Joy. “Se trata de recompensar la proactividad”.

Soplan vientos de seguridad en el sector. Los vehículos y herramientas en la minería son cada vez más ergonómicos y se realizan mejoras continuas en temas de seguridad.
La nueva línea de cargadores LHD de Sandvik, por ejemplo, incorpora puntos de servicio y mantenimiento de fácil acceso a nivel del suelo. (Ver recuadro y las páginas 12–15.)
Los avances informáticos permiten, a empresas como Sandvik, desarrollar sistemas para controlar equipos a distancia. Sandvik logró una primicia en el mercado con su sistema AutoMine que permite controlar los camiones de transporte en una mina no sólo a distancia sino también automáticamente (ver recuadro).

Los avances se suceden y continuamente aparecen productos nuevos cuya finalidad es mejorar la seguridad; desde cascos y sistemas de iluminación hasta arneses, botas y simuladores.
Después de que una docena de mineros murieran en la catástrofe de la Mina Sago, en Virginia Occidental. EE.UU. en 2006, el Congreso aprobó una ley que obligaba a las empresas mineras a mejorar los métodos de rescate seguro de personal atrapado tras un accidente. La ley exige que se sepa, en todo momento, la posición de cada trabajador en las galerías subterráneas.
Aunque el plazo para aplicar la Ley del Minero expira en 2009, las empresas del sector no alcanzan todavía consenso sobre qué tecnología usar. Las antenas y otras tecnologías de comunicación pueden fallar en las minas subterráneas.  Un chip electrónico en la lámpara que siempre llevan los mineros en la cabeza es la base de un sistema buscapersonas de frecuencia muy baja que garantiza la comunicación en caso de emergencia.

Aunque las tasas de mortalidad y de lesiones con tiempo perdido han mejorado en los últimos años, varían en función del país y del mineral. La industria minera, en conjunto, aún tiene mucho por hacer en temas de seguridad.

“Todavía estamos lejos de lo que se consideraría seguro y aceptable en general”, dice Joy. Una definición de seguridad laboral habla de una muerte por año, por cada 100.000 personas que trabajan en un sector determinado. La cifra correspondiente a una empresa minera grande es una muerte por cada 10.000 personas por año.
“Está claro que aún queda mucho por hacer”, dice.
Alexander Farnsworth