La práctica hace al maestro
La ubicación de muchas minas de Australia, a menudo muy alejadas de los servicios de emergencia públicos, hace que los equipos de emergencia propios necesiten entrenamiento para actuar rápidamente ante cualquier tipo de incidente. El Concurso de Respuesta a Emergencias Mineras (MERC), que se celebra anualmente en Perth, contribuye a la capacitación y al entrenamiento para todo tipo de escenarios.
En un parque de Perth, capital de Australia Occidental, un avión comercial se ha incendiado. Salen llamas del motor izquierdo del avión y una explosión parece inminente. Un equipo de emergencias hace lo posible para contener el fuego.
Es una escena dramática, y aunque las llamas y el equipo de emergencias sean reales, el accidente no saldrá en las noticias. Es un simulacro que forma parte del Concurso de Respuesta a Emergencias Mineras –o MERC– un certamen anual cuya finalidad es mejorar la capacidad de los equipos de emergencias que trabajan en las minas australianas. Además de apagar aviones incendiados, los equipos pueden tener que hacer frente a cualquier tipo de situación a lo largo de tres días, desde simulacros de derrames químicos e incendios en instalaciones hasta la atención de víctimas de terribles catástrofes.
“Buscamos el mayor realismo posible y nos inspiramos en episodios que han sido reportados al Departamento de Minas y Petróleo local”, explica Jen Pearce, una de las fundadoras del concurso. “En el pasado, hemos simulado de todo, desde accidentes de carretera en entornos oscuros y tormentosos hasta lesiones por aplastamiento por máquinas pesadas y vehículos que han caído desde taludes”.
Esta competencia cumple un papel vital para mejorar la seguridad y el nivel de preparación ante emergencias. Muchas minas australianas están situadas en lugares remotos, a veces a cientos de kilómetros de una ciudad grande. Los servicios de emergencia públicos, como bomberos y ambulancias, pueden encontrarse a largas horas de distancia. Por eso, los operadores de minas deben contar con equipos de emergencias en la mina, tanto profesionales como voluntarios, para responder a posibles accidentes.
“El MERC brinda a estas personas la oportunidad de prepararse y perfeccionarse en un entorno seguro, controlado y realista, infundiéndo confianza en su capacidad de respuesta para una situación real”, afirma Pearce.
La primera edición se celebró en 2010 cuando las empresas de servicios de emergencia PWR y Red Earth Health Solutions buscaron crear un punto de encuentro para que los equipos de emergencias mineras pudieran compartir conocimientos y entrenarse.
Desde entonces, la competición ha ido creciendo hasta los 300 participantes actuales, entre concursantes, voluntarios y patrocinadores. Tiene lugar en una zona central de Perth y atrae a miles de espectadores durante los tres días de competición. Los participantes no solo llegan de minas en Australia Occidental sino también del resto del país, incluyendo Argyle Diamonds, Rio Tinto Iron Ore, FMG, BHP Nickel West, Newmont Boddington Gold y Synergy. Según Pearce, varias operaciones mineras extranjeras han mostrado interés por presenciar el certamen y posiblemente participar en ediciones futuras.
el gerente general de PWR, Nick Groen, explica los beneficios que aporta la competición. “El entrenamiento es fundamental; poner a prueba tus habilidades en un entorno seguro y controlado es vital”, afirma.
“Muchos equipos no tienen la oportunidad de hacerlo regularmente. También es fundamental poder conocerse y ver cómo responden otras empresas y otros equipos en situaciones similares y aprender unos de otros”.
Cada uno de los 12 equipos que compiten en un certamen MERC procede de una empresa distinta; en cada equipo, hay seis concursantes, un suplente y un entrenador. Los equipos compiten en siete disciplinas a lo largo de los tres días que dura la competición: rescate en carretera, rescate vertical, preparación para una respuesta de emergencia, rescate en espacios confinados, extinción de incendios, materiales peligrosos y primeros auxilios. Jueces voluntarios evaluan el trabajo de cada equipo y seleccionan los ganadores de cada prueba y el ganador total del concurso. Se hacen donaciones en efectivo a organizaciones benéficas en nombre de los equipos ganadores.
Además de prestar servicios de emergencia en la mina, muchas veces los equipos ayudan, por ejemplo, en accidentes de tráfico, explica Pearce. Por eso las habilidades que se perfeccionan en el MERC también benefician a la comunidad en su conjunto.
Richard Crawford, supervisor de servicios de emergencia y seguridad en la mina Christmas Creek, Fortescue Metals Group, en la región de Pilbara en Australia Occidental, desempeña la función de máximo árbitro del MERC y se interesa especialmente en los simulacros de rescate vertical. “Hay diferencias entre los voluntarios de rescate de distintas minas y aún entre miembros de un mismo equipo”, comenta. “Pero puede decirse que para la prueba de rescate vertical, no tiene sentido crear una solución excesivamente complicada cuando se puede utilizar una polea móvil”.
Crawford subraya que los participantes vuelven al trabajo con más conocimientos y un mayor sentido de equipo. “El compañerismo es esencial en el rescate minero”, afirma. “Es un valor que se ve en la competencia y que luego se traslada a la mina. Los participantes cuentan que su equipo se vuelve más compenetrado, una base sólida para el trabajo de rescate”.
El apoyo de la industria local y de proveedores como Sandvik es esencial para el éxito del certamen, dice Groen. “Gracias a la participación de Sandvik, pudimos disponer por primera vez de equipos de minería”, explica. “Intentamos simular situaciones e incidentes pero la presencia física de las máquinas da un mayor realismo, ayuda a visualizar la situación y aporta al certamen un calidad adicional”.
El patrocinio de Sandvik
Malcolm Mauger, gerente de carguío y transporte de Sandvik Mining and Rock Technology, se enteró por un cliente de que la edición 2016 del MERC necesitaba urgentemente equipos de minería para un simulacro de rescate.
Después de reunirse con los organizadores de la competición, Sandvik se ofreció a suministrar un camión de minería, un equipo de perforación subterráneo y un cargador. La competencia nunca había tenido tales equipos.Varios empleados de Sandvik también se ofrecieron como voluntarios para atender a las preguntas del público. “En el caso del cargador, un vehículo había quedado empotrado debajo y los equipos debían sacar a una persona atrapada en él”, explica Mauger. “En cuanto a la perforadora, los equipos debían atender la amputación traumática de un brazo por la corredera del brazo de la perforadora”.
Sandvik se enfoca en aplicar la seguridad para evitar accidentes y el certamen en qué hacer si, a pesar de todo, se produce un accidente. En ambos casos, el tema es muy serio, resume Mauger. “Todos los simulacros en el MERC son planificados meticulosamente por expertos con varios meses de antelación para asegurar que se desarrollen sin contratiempos en el certamen”, dice. “Y después, se vuelven a estudiar para ver qué aspectos se pueden mejorar con vistas a la próxima edición”.