Menos costos y más silencio

Heilbronn, alemania. La empresa alemana Südwest-deutsche Salzwerke, uno de los mayores productores de sal industrial del mundo, ha pasado de la perforación con voladuras a la minería continua. Ahora, sus costos han bajado un 10 por ciento por tonelada. Es todo un logro en un mercado caracterizado por una competencia feroz.

“¡sujétense los cascos!” La advertencia de nuestro guía llega justo cuando nos golpea una fuerte corriente de aire. Estamos bajando a una velocidad de ocho metros por segundo en una mina de sal en el suroeste de Alemania. La jaula del pozo Franken normalmente se usa para subir a la superficie hasta 18 toneladas de sal. Nos detenemos a una profundidad de unos 200 metros.

Tenemos delante un laberinto de 700 kilómetros de túneles anchos como autopistas, algunos de los cuales se extienden hasta llegar debajo de la ciudad de Heilbronn, de 120.000 habitantes, al norte de Stuttgart. Südwestdeutsche Salzwerke explota la mina de sal más grande de Europa Occidental. Establecida en 1885, tiene reservas garantizadas durante al menos otros 40 años de explotación.

Sal, no sólo en la cocina

Si pensamos en la sal, pensamos más que nada en la sal de mesa. Pero sólo una parte muy pequeña de la producción mundial de sal se utiliza para cocinar. En Alemania, por ejemplo, sólo el 3 por ciento. Aproximadamente el 80 por ciento de la sal se envía a industrias y plantas químicas para producir plásticos como el cloruro de polivinilo, o PVC, que se usa para todo tipo de productos, como marcos de ventana, tarjetas de crédito y CDs.

La sal para carreteras consume otro 13 por ciento y, según estudios citados por Südwestdeutsche Salzwerke, puede reducir el número de accidentes en un 80-85 por ciento en carreteras heladas.

Otro 5 por ciento se destina a otras aplicaciones industriales, como textiles y procesos de galvanización. Los ganaderos utilizan bloques de sal gema, que lamen los animales para suplementar sus alimentos.

La sal es una materia prima casi inacabable. En los océanos, hay unos 46 cuatrillones de toneladas de sal. Si se evaporara toda el agua del mar, la superficie de la tierra quedaría cubierta por una capa de sal de 36 metros de grosor.

Alemania es el tercer productor de sal del mundo, después de China y los Estados Unidos. La producción en China crece rápidamente y, en 2007, triplicaba la producción de Alemania: 59,8 millones de toneladas frente a 19,8 millones. Gran parte de la sal china procede de salinas en la costa. La producción global de sal alcanzó 257 millones de toneladas en 2007.

La sal, a veces llamada “oro blanco”, ha sido un producto esencial y ha creado grandes fortunas y provocado guerras. En Heilbronn, con depósitos horizontales de hasta 40 metros de grosor, la mina se especializa en la sal industrial utilizada en la química, con productos finales que van desde vasos de plástico hasta teléfonos móviles y sal antihielo para las carreteras. Nuestro vehículo está totalmente cubierto de sal. Recorremos túneles oscuros, llenos de baches, donde trabajan las máquinas de minería continua de Sandvik. Cruzamos cámaras de 10-12 metros de alto dinamitadas en los depósitos de sal, donde la explotación es convencional, con perforación y voladura.

tras un recorrido de cinco kilómetros, llegamos a nuestro destino, donde podemos distinguir la silueta de una bolter miner MB770. La máquina es la más grande del mundo en su tipo: mide 4,7 metros de alto y pesa 125 toneladas, casi tanto como una casa pequeña.

Un motor eléctrico de 400 kW, girando a 32 rpm, desplaza el tambor de corte en sentido vertical y arranca el mineral del frente, que luego es recogido y sacado por el sistema transportador de la máquina. Dos camiones, capaces de transportar 30 toneladas cada uno, trabajan en turnos para cargar el material sobre la cinta transportadora en la entrada de la sección. A continuación, las rocas de sal se criban antes de sacarlas de la mina.

Con una cortadora continua así, ya no se necesita una trituradora.

“La máquina es fantástica”, dice Ernst Scheiterbauer, su operador. “ En promedio, avanzamos 25 metros en cada turno”. Supervisa y controla el proceso a distancia a través de una radio atada a su cintura.Nunca hay más de cuatro personas trabajando en la sección de excavación. Además del operador, hay dos conductores de camión y una cuarta persona que ayuda en lo que haga falta.

La mitad de la mina de Heilbronn se sigue excavando de la forma tradicional. Jumbos grandes perforan barrenos de hasta 7 metros de fondo que se llenan de explosivos. Cada voladura arranca entre 300 y 1.000 toneladas de sal. Actualmente, se realizan tres periodos de detonación al día, uno para cada zona de excavación. Tras cada explosión, la zona debe despejarse durante cuatro horas hasta que se hayan disuelto todos los gases tóxicos. Las detonaciones están prohibidas después de las 10 de la noche y se cree que la UE promulgará pronto nuevas normativas sobre los procedimientos de seguridad.

La intensa explotación de la mina la va acercando a zonas residenciales densamente habitadas.

“Estudios realizados regularmente muestran que las voladuras no causan daños en la superficie”, dice el Gerd Bohnenberger, director de la mina. “Pero algunas personas han expresado desagrado. Por eso empezamos a buscar técnicas alternativas”.

Como miembro del directorio de Südwestdeutsche Salzwerke, Bohnenberger se puso en contacto con los expertos en minería del Instituto de Tecnología, RWTH, en Aquisgrán. Evaluaron las distintas opciones y recomendaron adoptar la minería continua, método utilizado ampliamente en minas de carbón, sobre todo en Norteamérica y Sudáfrica.

Südwestdeutsche Salzwerke decidió comprar una MB770 (entonces llamada Alpine Bolter Miner ABM30-CM). La máquina, que bajó a la mina en 2006, nunca había sido usada en minas de sal y nadie sabía a ciencia cierta qué resultados daría.

En el Top Ten

Südwestdeutsche Salzwerke es uno de los 10 principales productores de sal del mundo.

La mina de Heilbronn tiene previsto extraer 4 millones de toneladas anuales de sal: 1,7 millones de toneladas de sal industrial, 1,5 millones para carreteras, 300.000 toneladas para alimentación y otros fines y 500.000 toneladas de reserva. El Grupo es además propietario de una mina en Berchtesgaden, activa desde 1193, así como fábricas que producen sal de mesa en Bad Reichenhall y Friedrichshall. El grupo da empleo a 1.077 personas y el año declaró ingresos de 237 millones de euros.

Siguieron varios meses de ajustes. “Sólo conocíamos el comportamiento de las máquinas de minería de tambor en las minas de carbón, que no tienen nada que ver con las de sal”, dice Franz Feuchter, jefe de servicio técnico para minería subterránea en Sandvik Mining and Construction en Alemania. “La sal es dura y necesita equipos más resistentes. Eso lo sabíamos desde el primer momento; otras cosas las averiguamos sobre la marcha”.

Feuchter todavía está muy involucrado en el proyecto. Desde mayo de 2006, ha viajado a Heilbronn una o dos veces al mes para hablar con los operadores, repasar el rendimiento de la máquina y pasar información al departamento de diseño de Sandvik.
Wolfgang Rüther, jefe de producción de Südwestdeutsche Salzwerke, se reúne regularmente con Feuchter para intercambiar información. De la colaboración con Sandvik dice: “Han invertido mucho conocimiento para que funcione”. La dirección manual estándar ha sido sustituida con un sistema para el corte automatizado, además del transformador sensible a las vibraciones y el tambor de corte, dice.

“Ha sido un proceso de optimización continua que nos ha permitido reducir enormemente el número de horas no productivas y mejorar sustancialmente el volumen de producción”, dice Bohnenberger. Utilizando este método, la producción aumentó de 40.000 toneladas al mes en 2007 a 60.000 toneladas al mes un año después. A finales de 2008, alcanzó la asombrosa cifra de 95.000 toneladas al mes. Ha sido una mejora tecnológica muy acertada, dice, tanto por su tecnología como por la reducción de los costes de producción.

Por eso, en 2007, la empresa decidió adquirir otra MB770. Gracias a la experiencia adquirida con la primera unidad y a que tenían personal ya capacitado, la máquina pudo entrar en servicio tan sólo un mes después de su entrega, en noviembre de 2008. Desde entonces, la mina ha llegado a una producción mensual de 110.000 toneladas utilizando la minería continua y los costes no paran de bajar.

“Comparado con la perforación y voladura, nuestros costes han bajado más de un 10 por ciento por tonelada”, dice Wolfgang Rüther, jefe de producción.

El mercado de la sal –industrial y para carreteras– se caracteriza por un exceso de capacidad y una competencia feroz. Para sobrevivir, hay que buscar reducir los costos.

“Es un producto genérico”, dice Rüther. “Las tres cosas más importantes son: el precio, la calidad, y la rapidez y flexibilidad en la entrega”.

Hasta el momento, se ha pasado sólo la mitad del proceso de excavación de Südwestdeutsche Salzwerke a la minería continua. Sin embargo, la idea es seguir creciendo en ese campo, con la adquisición de otra máquina en el 2011.

“A la larga, probablemente sólo utilizaremos esta nueva tecnología”, dice el Dr. Bohnenberger. “Las voladuras sólo serán necesarias para cubrir alzas excepcionales de la demanda”.

Para entonces, se habrán instalado cinco máquinas de minería continua en la mina de sal más grande de Europa Occidental.

Texto: Tomas Lundin