Excelencia en procesos
Gracias a una planta de procesamiento moderna e innovadora, la empresa de materiales de construcción Boral ha dado un gran paso hacia “trabajar en cualquier lugar, a cualquier hora” en su cantera de Deer Park en Melbourne, Australia.
Situada en la costa suroriental de Australia, la ciudad de Melbourne es uno de los centros urbanos de mayor crecimiento del mundo desarrollado. Cada año, 150.000 personas deciden convertir a esta ciudad dinámica y multicultural de 4,5 millones de habitantes en su hogar, impulsando la demanda de infraestructuras, viviendas y locales comerciales nuevos. Desde hace cinco décadas, la empresa de materiales de construcción Boral crece con la ciudad suministrando –entre otros materiales– áridos para el hormigón y asfalto. Cuando su planta de procesamiento en la cantera de basalto de Deer Park, cerca de Melbourne, estaba llegando al fin de su vida útil, la empresa se concentró en encargar una nueva planta que pudiera entregarse puntualmente y sin interferir con la producción. “Las perspectivas del mercado son positivas; se está trabajando en varios proyectos importantes que se pondrán en marcha a fines de 2018 y se acabarán durante los primeros años de la década del 2020”, explica Luke Brown, gerente general interino de Boral responsable de las canteras de la Región Sur. “Como está cerca de la ciudad, Deer Park está bien posicionada para el suministro a las obras de infraestructura proyectadas para la zona de Melbourne. Uno de nuestros objetivos ha sido que la planta nueva esté en funcionamiento a tiempo para los grandes proyectos carreteros y ferroviarios”.
En 2015, después de un largo proceso de licitación, Boral encargó a Sandvik el diseño y suministro de la nueva instalación de procesamiento de áridos. Hoy, la planta está completando la fase de puesta en marcha y ha sido entregada dentro del plazo y el presupuesto, sin variaciones en el proyecto. Superando las proyecciones de producción, está ayudando a Boral a “trabajar en cualquier lugar, a cualquier hora”, pese a la mala calidad del material de origen y las inclemencias meteorológicas. “El producto cumple las especificaciones y el rendimiento de la planta se ajusta a lo pedido, e incluso lo supera”, dice Brown. “La producción está entre un 15 y un 20 por ciento por encima de lo proyectado”. Sandvik diseñó la planta de procesamiento multietapa y suministró los equipos, incluyendo trituradoras de mandíbula, de cono y horizontales, alimentadores, harneros y transportadores, además de pasarelas y otras infraestructuras. Junto a Sandvik, Boral supervisó la construcción y la puesta en marcha, en junio de 2017.
Según Kai Kane, jefe de proyecto de Boral para la nueva planta, parte del éxito del proyecto se debe a la estrecha colaboración con Sandvik y a una serie de soluciones innovadoras que se fueron implantando. Por ejemplo, un elemento clave fue incorporar a los contratistas en una fase temprana, una idea propuesta por Boral. En muchos proyectos, cambios de diseño no previstos –con el proceso ya avanzado– pueden disparar los costos. Boral y Sandvik trabajaron para finalizar el plan completo de la planta antes de preparar los contratos definitivos de suministro y construcción. “Dedicamos unos seis meses a consensuar técnica y comercialmente la ejecución del proyecto”, dice Kane. “Como consecuencia, no hubo cambios durante la fase de ejecución y pudimos cumplir tanto el presupuesto como el plazo”.
Otro elemento innovador, propuesto en este caso por Sandvik, fue el uso de modelos 3D durante el diseño y la construcción, que permitieron visualizar no solo las estaciones individuales situadas a lo largo del proceso de producción sino también la planta en conjunto. Según Fabrice Bonneau, jefe de proyecto de Sandvik responsable del diseño y suministro de la planta, estos modelos ofrecen importantes ventajas respecto a los modelos 2D utilizados habitualmente. “Con un modelo 3D de una estación de clasificación, se pueden ver el acceso, la altura de cada una de las plataformas, la forma de las canaletas y su efecto sobre la formación de atascos”, explica. “Veíamos lo que estábamos diseñando y podíamos discutir con Boral los aspectos de seguridad, mantenimiento y accesibilidad”. Otra innovación lograda con la colaboración entre Boral y Sandvik hizo posible el proceso de material de mala calidad aún cuando hace mal tiempo.
Cantera de basalto Deer Park
Boral necesitaba reemplazar su planta de procesamiento de 25 años en Deer Park, al oeste de Melbourne. La nueva planta debía separar, triturar y procesar el basalto extraído de la cantera vecina para producir diferentes calidades de áridos, capas base, balasto y arena. Sandvik fue contratada para diseñar y entregar la planta, y desempeñar la función de consultor técnico durante las fases de montaje y puesta en marcha. Tras consultas detalladas con Boral, Sandvik suministró una gama de trituradoras de mandíbula, de cono y horizontales, alimentadores, harneros y transportadores, así como pasarelas y otras infraestructuras, enviadas en su mayor parte desde Europa.
El yacimiento explotado en Deer Park consiste en basalto olivínico con gruesas capas de arcilla entre las capas de roca. La planta anterior no podía procesar los depósitos de mala calidad cuando hacía mal tiempo y eso llevó a que Boral optara por una extracción selectiva, dejando sin tocar grandes zonas de la cantera. Boral aceptó la propuesta de Sandvik de utilizar unos harneros especiales que habían mostrado un excelente rendimiento en condiciones similares en plantas de procesamiento diseñadas por Sandvik en Europa. De esta forma, la planta está mucho más cerca de hacer realidad su meta de “trabajar en cualquier lugar, a cualquier hora”. “Ahora, nuestro tiempo productivo supera el 90 por ciento, sin importar el tiempo que haga o las condiciones de la cantera. Me gustaría poder decir que estamos en el 100 por ciento, pero siempre habrá condiciones meteorológicas extremas y combinaciones de arcilla que lo impedirán”.
Boral
Fundada en 1946 como Bitumen and Oil Refineries Australia Limited, hoy es un destacado proveedor de materiales para la construcción, con operaciones en tres continentes. En 2017, la empresa obtuvo ingresos de 3.300 millones de dólares de sus operaciones en Australia, Estados Unidos y Asia. Boral tiene más de 16.000 empleados en 17 países. Su cartera de productos incluye productos de cantera, asfalto, hormigón, cemento, ceniza volante, placa de yeso, tejas, ladrillos y productos ligeros para la construcción.
La colaboración con Sandvik también ha impulsado unas cuantas ideas más, como producir capa base para carreteras como nueva línea de productos, con la ayuda de un impactador de eje horizontal. “También adoptamos un sistema modular de pasamanos para la planta que nos permitió evitar soldaduras y avanzar más rápido y seguro en la fase de construcción”, dice Kane. “Otra mejora fue la instalación de dos unidades centralizadas de captación de polvo en las plantas de clasificación y trituración, logrando los niveles de higiene más altos de todas las canteras de Boral”. Según Jake Laine, jefe del equipo de mantenimiento de Deer Park, la superioridad de la nueva instalación salta a la vista en el trabajo diario. “Comparando con la instalación anterior, las condiciones de trabajo han mejorado muchísimo”, afirma.
“El sistema de extracción funciona muy bien y los niveles de polvo han bajado un 60 por ciento. Por otra parte, la zona de trituración primaria dispone de un circuito de separación preliminar mejorado y la roca llega más limpia a las pilas de transición”. Aunque Sandvik tiene una larga experiencia en plantas de procesamiento en Europa y África, su presencia en este segmento del mercado australiano es más bien reciente. Pero involucrando a los contratistas en una fase precoz, y a través de la investigación, Sandvik pudo adaptar sin problema el diseño de la planta a las necesidades australianas. “Las normas de seguridad aquí son diferentes a las de Europa y ese factor lo tuvimos en cuenta desde el primer momento a la hora de diseñar elementos como los espacios entre peldaños y los distintos gradientes”, puntualiza Bonneau. “Sabiendo las reglas, es solo cuestión de aplicarlas, con el mismo proceso que usamos en todo el mundo”. Ahora que se aproxima la entrega definitiva del proyecto, tanto Kane como Brown reconocen que estarían encantados de volver a trabajar con Sandvik. “Lo que más nos impresionó fue el espíritu de equipo que conseguimos crear juntos como cliente y como proveedor tecnológico”, dice Kane. “Con ese espíritu, pudimos superar todos los problemas técnicos y comerciales que fueron surgiendo”.