Un gigante sostenible y seguro

Tomar en cuenta el medio ambiente, la salud ocupacional y la seguridad constituye un primer paso para un aumento de la productividad en Vale, el mayor productor mundial de mineral de hierro. Es también el caso en el proyecto Pier IV, en el puerto de la empresa en São Luís, en Brasil.

En el puerto de São Luís, el rojizo mineral de hierro es llevado a enormes buques de carga por medio de los cargadores de barco más grandes del mundo, los Sandvik DLP400. El uso de equipos de semejantes dimensiones demanda medidas especiales en lo que hace a salud ocupaciones y seguridad, algo que Vale considera vital para un aumento de la productividad.
“Vale busca la excelencia en salud ocupacional y seguridad”, dice Magno Silva, responsable de implementación en Vale en el área.
Las funciones de seguridad de los cargadores de barco son decisivas para la operación segura de estos equipos.
“El equipo cuenta con sistemas de automatización avanzados y actualizados”, dice. “El cargador tiene instrumentos en la cabina de operación para visualizar e identificar cualquier problema en el proceso y señalar la posición exacta”.
La atención puesta en la seguridad contribuye a la productividad de la empresa, al reducir el riesgo de pérdidas a causa de accidentes, explica. “El valor principal en Vale es la vida, y damos prioridad a este principio en todo momento”, dice. “Cuando no hay pérdidas, la productividad se mantiene a tope”.

Reglas al pie de la letra
En Pier IV no solo hay enormes cargadores de barco. Bandas transportadoras de Sandvik PC, de casi tres kilómetros de largo, desplazan mineral a toda velocidad. El sistema de transporte parece un poco una montaña rusa, pero su velocidad es mucho mayor que la de una atracción de parque de diversiones. Las altas velocidades representan riesgos, así que estrictas medidas de seguridad rigen en las adyacencias del sistema. Hay vallas de seguridad alrededor de todo el equipo pero, aun así, el trabajo de mantenimiento es sencillo gracias a la facilidad de acceso logrado en el diseño de ingeniería.
El puerto es un enjambre de actividad, con maquinaria, vehículos y gente en permanente movimiento. Los protocolos de seguridad se cumplen rigurosamente y el equipo de seguridad está siempre presente. Es fundamental seguir las reglas de seguridad al pie de la letra.
“Se usa cierto equipo –como cascos, gafas y zapatos de seguridad– en todas las áreas”, dice Silva, “pero hay equipos de seguridad adicionales que se utilizan dependiendo de los riesgos particulares de cada zona de trabajo”. Se usan protectores acústicos en la mayoría de las zonas de trabajo. En las zonas de menor movimiento se presta mucha atención a los posibles cambios de condiciones de trabajo.

Mecanismos para una mayor seguridad
El gigantesco cargador de barcos va y viene por su carril. Los cargadores se mueven lentamente, pero son enormes, como pirámides sobre ruedas. Como una precaución adicional, una señal alerta al personal cada vez que sus ruedas se ponen en movimiento.
Cuando se montaron los Sandvik PL400 en las terminales Pier IV del puerto de São Luis, Sandvik le dio tranquilidad a Vale participando en todo el proceso. “La participación del personal de Sandvik fue vital porque monitoreó todo, ya desde la fabricación. Eso significó que no necesitamos modificar o agregar nada a los sistemas de seguridad una vez que el equipo estaba montado”, dice Silva.
El avanzado sistema de automatización hace mucho más fácil el trabajo de los operadores.
José Oliveira, operador de un PL400 en Vale, dice que las prestaciones de seguridad del cargador hace su manejo mucho más sencillo.
“Hay mecanismos de seguridad para todos los movimientos del cargador”, dice. “Tenemos diferentes parámetros, como parada normal y parada de emergencia, pero son límites preventivos que no interfieren con el trabajo diario”.

“Me siento seguro”
Los operadores de los Sandvik PL400 trabajan a unos 25 metros de altura, en el extremo de la pluma, el “puente de mando” del cargador. Llegar a la cabina requiere un prolongado ascenso por un laberinto de escaleras. Oliveira se siente a gusto en su puesto de trabajo en la cabina.
“Me siento seguro allá arriba, y estoy acostumbrado a operar el equipo”, dice. “Las cabinas son prácticamente como una habitación, cómodas y con un sistema de control con pantallas de computadora con una constante guía acerca del proceso de carga. Y tenemos el apoyo adicional vía radio de un equipo de supervisión”.
El interior de la cabina, insonorizada y con aire acondicionado, constituye un oasis en comparación con el calor tropical y el ruido que imperan en el exterior. La banda transportadora que corre debajo de la cabina, trae mineral de hierro como si fuera un río que se descarga en una catarata en los compartimientos de carga de los buques.
El mineral que se carga en los gigantescos barcos Valemax, los cargueros más grandes del mundo, proviene de la mina de Carajás, la mina de hierro de rajo abierto más grande del mundo, a 226 kilómetros de distancia.

Texto: Chi An Gramfors Foto: Annika Sundström

Medidas ambientales

La sostenibilidad ambiental es también un factor importante para un incremento de la productividad. En Carajás, por ejemplo, Vale ha lanzado el proyecto S11D cuyo objetivo es la explotación de la mina de hierro de una forma más económica, y al mismo tiempo, más respetuosa con el medio ambiente. Ya se han tomado medidas para minimizar el consumo de agua, combustibles y electricidad.
En el puerto, un sistema de los cargadores de barco Sandvik constituye un importante aporte a la sostenibilidad, dice Silva.
“Los cargadores de Sandvik tienen un sistema para prevenir la emisión de partículas al medio ambiente”, explica. “Y las bandas transportadoras de Sandvik cuentan con otro sistema, en este caso para prevenir el derrame de material”.