<p>Jim Gallagher, CEO y presidente de North American Palladium, cuenta cómo la tecnología ha contribuido a mejorar la productividad de las operaciones.</p>
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Jim Gallagher, CEO y presidente de North American Palladium, cuenta cómo la tecnología ha contribuido a mejorar la productividad de las operaciones.

Una empresa única

Desde que fuera nombrado presidente y director ejecutivo de la minera canadiense North American Palladium (NAP) en 2015, Jim Gallagher ha logrado mejoras importantes en los resultados de su mina de Lac des Isles, en Ontario septentrional. Aquí comparte sus reflexiones sobre las nuevas metodologías y tecnologías para reducir los costos de explotación y mejorar la rentabilidad.

¿Qué desafío particular representa dirigir nap?

North American Palladium (NAP) is a unique asset, as most palladium is produced as a by-product of other production. We are the only pure palladium producer in the world.

North American Palladium es única. El paladio suele ser un subproducto de la producción de otros metales. Somos la única empresa del mundo que lo produce directamente. Nuestra mina de Lac des Iles tiene un cuerpo mineralizado vertical que se presta a la minería masiva. El inconveniente es su baja ley. Sin embargo, mediante técnicas de minería masiva, hemos podido incrementar las reservas aprovechables, subir el volumen de producción y bajar los costos de explotación, gracias en buena parte al uso de la tecnología.

¿Que cambios han hecho?

Hemos cambiado radicalmente los métodos de extracción. Desde una explotación basada en tronaduras, ahora utilizamos una versión del hundimiento de subniveles. Hay pocas minas en el mundo que han hecho esta transición.

¿Qué impacto ha tenido la tecnología en la productividad?

Un impacto significativo en los costos y la rentabilidad. Utilizamos datos en tiempo real para identificar tendencias y áreas de mejora y, hace poco, también implementamos tecnología de automatización y gestión en tiempo real. La automatización nos permitirá alcanzar 21 horas de trabajo efectivas al día, es decir, un 15-20% más que con la operación manual actual.

¿Cuál ha sido el papel de Sandvik en este cambio?

Cuando empezamos a modernizar nuestra flota, hace un par de años, buscamos socios tecnológicos. Sabíamos que necesitábamos algo más que simples máquinas. Los equipos nuevos debían incorporar tecnologías capaces de apoyar nuestra estrategia empresarial a largo plazo. Nos impresionó el enfoque de Sandvik respecto a la automatización; nos interesó sobre todo su tecnología eléctrica basada en baterías y el transporte autónomo en rampas. Son aspectos que queremos potenciar y, para ello, es importante trabajar coordinadamente y en colaboración para acortar al máximo los plazos. Hay mucho entusiasmo en ambas empresas. Creo que ese entusiasmo, que parte las personas comprometidas con la implementación de tecnologías nuevas, es un factor crítico para el éxito del proyecto.