<p>La Gruta de Fingal ha provocado emociones intensas en todos los que se han atrevido a adentrarse en ella.</p>
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La Gruta de Fingal ha provocado emociones intensas en todos los que se han atrevido a adentrarse en ella.

Una gruta fantástica

Desde hace siglos, con su intrincada geometría y sus ecos fantasmagóricos, la Gruta de Fingal ha inspirado la creación de obras artísticas intemporales.

Decir que el basalto es muy común es decir poco. Esta roca volcánica está presente en la superficie terráquea, en el fondo marino e incluso en Marte y Venus. Tiene diversas aplicaciones pero se usa más que nada como árido en la construcción.

Lo fantástico de esta gruta no está en su material. Si se asoma a la entrada de la Gruta de Fingal en la Isla de Staffa, en las Hébridas Interiores de Escocia, lo entenderá.

Descubierta en 1772 por el naturalista Sir Joseph Banks, la Gruta de Fingal ha provocado emociones intensas en todos los que se han atrevido a adentrarse en ella. Compuesta enteramente de columnas hexagonales, es el resultado de la contracción y fracturación de la lava solidificada. Las columnas basálticas hexagonales ya son insólitas por sí mismas pero el eco producido por el sonido de las olas que rebota en su superficie simétrica otorga al lugar un aire de otro mundo. Una pasarela natural, al nivel del agua, invita a desafiar el miedo y explorar sus profundidades ensombrecidas. Los que se atreven a entrar regresan transformados.

Uno de los lugares más extraordinarios que he visto. Superó todas las descripciones que había oido.

Cuando el compositor alemán Felix Mendelssohn visitó la Gruta de Fingal, en 1829, quedó tan impresionado por el eco de las olas que escribió su famosa obra “Hébridas, Op. 26” (también conocida como la “Obertura de la Gruta de Fingal”) al regresar a Alemania. La composición conmovió tanto al público que impulsó a otros artistas a descubrir por sí mismos que era lo que había influido tanto en aquel alemán. La visitaron poetas románticos como William Wordsworth, John Keats y Alfred Tennyson.

El escritor de ciencia ficción Jules Verne se refirió al lugar en tres de sus novelas: El Rayo Verde, Viaje al Centro de la Tierra y La Isla Misteriosa. El dramaturgo August Strindberg utilizó la cueva como fondo para una escena en El Sueño. En tiempos más modernos, la banda británica Pink Floyd compuso una canción cuyo título incluye el nombre de la cueva y la banda escocesa de rock Wolfstone grabó “Fingal’s Cave” en su álbum Seven.

Pero quizás la descripción más elocuente sea la del escritor de novelas históricas y poeta escocés Sir Walter Scott quien, al visitar la cueva, exclamó: “Es uno de los lugares más extraordinarios que he visto. Superó, en mi mente, todas las descripciones que había oído”.