El olor del éxito
De idea a producto revolucionario, el Gold Sniffer ha seguido un largo camino. Gracias a la perseverancia de su inventor, Jim Kendall, ahora está a punto de transformar el mundo de la exploración y la minería del oro.
La lamparita se le encendió a Jim Kendall el 19 de enero de 2011 a las 18:50 horas. El inventor canadiense, poseedor de cuatro títulos de ingeniería, estaba entrenando en un gimnasio de Ontario cuando se le ocurrió una manera de convertir imágenes fotográficas en oro o, mejor dicho, resaltar la imagen de las partículas de oro utilizando su creación revolucionaria, el Gold Sniffer (Olfateador de Oro).
“En esencia, el Gold Sniffer es una tecnología que combina información espectral (es decir, luz) y espacial”, explica Kendall desde su laboratorio en Conestoga College en Kitchener, Ontario. “Las dos patentes concedidas y las cinco en trámite se basan en la combinación de esas dos técnicas”.
Cómo funciona
Del mismo modo que un contador Geiger localiza el uranio a partir de la radiación que detecta, el invento de Kendall utiliza la luz para detectar partículas de oro y electro a partir de 3 micras. Con un objetivo macro de alta resolución y un sofisticado sensor CMOS como los que se usan en las cámaras digitales, obtiene imágenes de una muestra de mineral. Utilizando complejos algoritmos, el Gold Sniffer ejecuta una interpretación pixel a pixel de la fotografía para localizar las partículas de oro en la muestra.
“El oro tiene un color especial que no tiene ningún otro metal”, dice Kendall. “Y lo que hace el Gold Sniffer es buscar ese color especial en la imagen digital. Combinándolo con datos espaciales, determina la ley del oro y la cantidad y la forma de las partículas”.
Actualmente, los análisis constituyen el método más habitual para determinar la presencia de oro en una muestra. Realizar un análisis puede tardar varios días o incluso un mes “y mientras tanto”, dice Kendall, “hay que tomar decisiones, a veces sin disponer de toda la información necesaria. El Gold Sniffer entrega sus resultados en cuestión de minutos.
“Además, durante el proceso de análisis, se pierde información espacial cuando la muestra es triturada. Para detectar el oro, el Gold Sniffer utiliza un método óptico no destructivo que mantiene intactas tanto la muestra como la información espacial”.
La historia oculta
Kendall, que espera iniciar este año la comercialización de su invento, es descendiente de mineros.
“Recuerdo que nos llegaban revistas de minería a casa y la familia todavía tiene concesiones minerales en la zona”, explica. “Luego estudié física técnica en la Universidad McMaster antes de cursar un máster y un doctorado en ingeniería eléctrica en la Universidad de Carleton, con una especialización en microelectrónica”.
Tras finalizar sus estudios, Kendall se dedicó durante 20 años a la microelectrónica, diseñando todo tipo de componentes, desde estructuras de transistores hasta sistemas enteros para microchips.
La semilla
EN 2007, Kendall decidió que había llegado el momento de cambiar de trayectoria. Con la industria de la electrónica inmersa en una recesión, se matriculó en la Universidad Queen’s para estudiar ingeniería minera y volver a sus raíces. El estudiante recién matriculado de 40 y tantos y 20 años de experiencia en la electrónica pronto empezó a despuntar.
Con su experiencia, Kendall era un candidato perfecto para los proyectos de investigación y, al cabo de unos meses, empezó a trabajar en uno que cambiaría su vida para siempre.
“En 2008 y 2009, trabajé en Toronto con una empresa minera en un proyecto de investigación”, recuerda Kendall. “Allí nació la idea del Gold Sniffer. Trabajé con ellos durante 2 años. Sin embargo, al final, hubo recortes en I+D y decidieron prescindir de mí y mi equipo”.
Pero no tardó en presentarse otra oportunidad. Fue nombrado director ejecutivo de Excalibur Resources en 2010 y volvió a activar la empresa de exploración de minerales, iniciando proyectos de exploración en Columbia Británica y Ontario y una mina de oro en México. Fue poco después de salir del trabajo, cuando estaba en el gimnasio, que tuvo su momento Eureka.
Cerca de la meta final
Hoy, junto con su mujer, Catherine Campbell, es propietario de Kendall Technology y de su extraordinario producto, que saldrá al mercado con un precio de venta de 55.000 dólares canadienses (36.000 euros).
Cómo funciona
- Fotografiar el cuerpo mineral
Con una cámara de alta resolución y un sensor CMOS se obtienen imágenes de la muestra potencial. - Analizar la imagen
Un algoritmo complejo interpreta la fotografía para determinar si la muestra contiene oro. - Decisiones sin demora
Minutos después de obtenidas las imágenes, llegan los resultados y se sabrá si hay oro o no.
“Para desarrollar este producto, hemos invertido mucho tiempo, esfuerzo y dinero”, dice. “Hemos recibido becas del gobierno, invertido dinero nuestro y pasado muchas noches sin dormir para tener a punto la versión comercial, pero ha valido la pena”.
Kendall recalca que su invento no pretende suplantar los análisis. Hay campo suficiente en la minería del oro para que Gold Sniffer y los métodos tradicionales puedan coexistir.
“Los análisis no desaparecerán, ya que suelen estar integrados en estructuras legales”, afirma. “De hecho, creo que el Gold Sniffer acabará incrementando el volumen de análisis porque promoverá la exploración de oro”.
Y puede que tenga razón.