Conexión peruana
Trabajandocon Sandvik, una de las minas más antiguas del Perú ha logrado un impresionante hito de seguridad en el marco de un esfuerzo nacional por mejorar la seguridad y la protección medioambiental.
El lema no deja dudas en materia de seguridad: “Ningún trabajo es tan urgente que se deba hacer sin seguridad. ¡Ninguno!”. Milpo se propone ser la empresa minera de Perú más consciente de la seguridad.
La Mina El Porvenir
A unos 320 kilómetros al noreste de Lima, Perú, la mina El Porvenir empezó a explotarse en 1949. Produce concentrados de zinc, plomo y cobre con contenidos de plata y oro. Extrae unas 5.600 toneladas diarias desde una profundidad de unos 1.250 metros, convirtiéndola en una de las minas subterráneas más profundas de América Latina. Da empleo a unas 1.400 personas. Sandvik mantiene en la mina un equipo de 72 técnicos y asesores.
Abierta en 1949, la mina El Porvenir es una de las más profundas de América Latina, extrayendo plomo, zinc y plata a una profundidad de 1.250 metros. Con su antigüedad y su profundidad, no extraña que la seguridad sea un tema prioritario para su propietaria, Milpo.
Juan Feijóo debutó como ingeniero en El Porvenir, en la provincia de Pasco. Es un hombre de familia que siempre se ha preocupado por la seguridad de los empleados. Es superintendente de Salud Laboral y Seguridad de la mina desde 2008.
Feijóo insiste en que la seguridad es tan importante para la productividad de la empresa como lo es para la vida de los empleados. “El foco en la seguridad ayuda a minimizar las pérdidas y muestra respeto por nuestros empleados”, dice. “Todos ganamos. Mejorando la seguridad, la empresa es más productiva y eficiente”.
Feijóo plasma en su trabajo un deseo de asegurar que no haya incidentes en la mina.
El 31 de octubre de 2013, el equipo de Sandvik que trabaja en El Porvenir alcanzó un hito importante: un año sin incidentes.
El foco de Milpo en la seguridad viene de dos direcciones. En primer lugar, cuando fue adquirida en 2010 por la empresa siderúrgica brasileña Votorantim Metáis, se implantaron procesos más estrictos de Medio Ambiente, Salud laboral y Seguridad (EHS). En segundo lugar, Perú lleva adelante un proceso de mejora de las minas y nuevas normativas que está obligando a las empresas a mejorar las condiciones de trabajo de sus empleados.
Proveedor premiado
Para incentivar a los proveedores a mejorar su propia seguridad y premiar a los que ayudan a hacer más segura la mina, Milpo ha instituido premios de seguridad. Cada año, otorga a un proveedor el Premio de EHS por el cumplimiento de las normas de seguridad de Milpo y por mantener sus equipos en buen estado de funcionamiento. Sandvik recibió este premio en 2013.
Desde la implantación por el gobierno peruano de nuevas normativas para el sector minero en 2001, el número de incidentes en la minería ya había disminuido pero persistían infracciones y episodios causados por errores humanos. Había que mejorar los sistemas de gestión de la seguridad y la salud laboral.
Muchos incidentes fatales de años anteriores podrían haberse evitado si se hubieran aplicado procesos de concientización de la seguridad. El 1 de enero de 2011, entraron en vigor normativas más estrictas de salud laboral y seguridad para el sector, obligando a las empresas a capacitar a sus trabajadores en estos temas en un esfuerzo por mejorar la imagen de seguridad del país. Todas las empresas mineras (y sus contratistas y proveedores) están obligadas por ley a crear un programa interno de salud laboral y seguridad, coordinado por un comité propio, para promover una cultura de seguridad entre los empleados.
Según Feijóo, para mejorar la seguridad de la mina El Porvenir, primero había que cambiar la actitud de los mineros respecto a la seguridad.
Nos centramos primero en cambiar mentalidades”, explica. “Para hacer cambios duraderos, primero hay que convencer a la gente de que su comportamiento es el factor más importante en el sistema de EHS”.
Organizar cursos de capacitación en liderazgo, compartir las lecciones aprendidas de los incidentes, implantar actividades para concientizar sobre la seguridad, realizar inspecciones programadas y no programadas y premiar las conductas seguras se han convertido en actividades rutinarias en la mina.
La minería peruana
• El sector minero recibe más del 13% de la inversión extranjera directa en Perú
• Segundo productor mundial de plata
• Segundo puesto mundial en reservas de cobre
• Sexto productor global de carbón mineral
• Las exportaciones mineras representan el 60% del total de la exportación
• En 2011, el sector minero daba empleo a unas 120.000 personas y esta cifra sigue creciendo.
La empresa fomenta la participación activa de los empleados en la seguridad de la mina, detectando y respondiendo a situaciones potencialmente peligrosas. La notificación de riesgos es ahora una práctica habitual. Los empleados tienen derecho a denunciar situaciones peligrosas y a negarse a trabajar en esas condiciones. Puede tratarse de trabajo en lugares mal ventilados y con poco espacio o en una zona de excavación mal iluminada, o utilizar un vehículo o una herramienta peligrosa. El incidente, una vez notificado, se clasifica en una escala de uno a seis en términos de criticalidad, y se corrige inmediatamente.
Sandvik trabaja con Milpo desde hace 16 años; se encarga del mantenimiento de los equipos de Sandvik, y de muchos otros vehículos en la mina.
Según Pablo Nangles, responsable de EHS de Sandvik, los progresos logrados por El Porvenir para mejorar la seguridad han sido notables. “Han potenciado su cultura de seguridad e invierten más en sus trabajadores, la seguridad y su capacitación”, dice.
Gran parte del éxito de Milpo es atribuible a la implantación de nuevos procesos internos y cambios en las actitudes de los trabajadores.
Pero esas mejoras no son posibles sin la colaboración de sus proveedores.
“Necesitamos trabajar con empresas que cuiden a sus empleados y al medio ambiente”, dice Feijóo, y señala a Sandvik como ejemplo. “Compartimos muchos valores: solidaridad, ética, respeto, iniciativa emprendedora y cohesión. Pero lo más importante es que todo el mundo vuelva a casa sin lesiones al final de la jornada”.
Como Milpo, Sandvik ha implantado una política de tolerancia cero en temas de seguridad. “Utilizamos Take Five –una breve evaluación de riesgos– para identificar peligros en nuestro trabajo”, dice Nangles.
“En cierto modo, Sandvik se ha vuelto un modelo a seguir para otros proveedores”, dice Feijóo. “Cumple y supera todas nuestras medidas de seguridad”.
Texto: Alannah Eames/Foto: Marco Simola