Seguridad en el ártico

Bajo algunas de las condiciones más hostiles para la minería, el equipo de mantenimiento de Sandvik en una mina de diamantes de De Beers, en Canadá, presta un servicio permanente sin perder ni una hora por accidente laboral.

Al norte del paralelo 60, los vientos árticos barren sin piedad la tundra canadiense y el sol apenas se asoma por encima del horizonte en los duros meses invernales. Allí, un equipo de mantenimiento de Sandvik asegura el funcionamiento correcto de las máquinas de la mina de diamantes de De Beers, sin sufrir lesiones.

El equipo trabaja en la mina Snap Lake, en los Territorios del Noroeste, desde 2007. En casi seis años, nunca se ha producido un accidente que haya obligado a un empleado a perder ni un solo día de trabajo. Las razones de este impresionante historial son muchas –las políticas de seguridad y los sistemas de gestión de Sandvik y De Beers– pero básicamente se debe a la propia conciencia y la responsabilidad de los empleados.

“Gran parte del mérito es de los empleados y supervisores en la mina”, dice Peter Larsen, vicepresidente de Medio Ambiente, Salud Laboral y Seguridad de Sandvik Mining Américas. “Ambas empresas han implementado sistemas, políticas y procedimientos que fomentan actitudes correctas en cuestión de seguridad. Es la base sobre la cual el equipo de mantenimiento y sus supervisores toman decisiones en situaciones cambiantes. Intentamos crear sistemas y una cultura que favorezcan decisiónes correctas en cualquier situación que pueda surgir”.

Los 45 integrantes del equipo de Sandvik mantienen todos los equipos móviles y vehículos de minería subterránea en la mina de De Beers, cumpliendo las políticas y los procedimientos de seguridad establecidos por las dos empresas. Son políticas que se complementan y buscan detectar, evaluar y mitigar los riesgos antes de que se produzca un accidente.

“Ambas empresas comparten el deseo de evitar cualquier tipo de daño, y eso influye en nuestras operaciones diarias”, dice Larsen. “No asumimos las lesiones como una parte inevitable del negocio. La concientización, la obligación, el coaching y el apoyo tienen la misión de capacitar al empleado a estar atento en todo momento, creando un entorno laboral seguro”.

Tanto Sandvik como De Beers poseen las certificaciones y los sistemas de gestión necesarios como base de sus programas de seguridad y garantizan que el trabajo diario se realice correctamente y en condiciones seguras. Pero los sistemas de gestión no pueden cubrir todas las dinámicas y condiciones concebibles. Ésa es la función de los programas de seguridad locales: cerrar cualquier brecha que pueda existir entre los sistemas de gestión y los riesgos específicos de cada lugar.

Acerca de la Mina Snap Lake

Situada en los remotos Territorios del Noroeste, la Mina de Diamantes Snap Lake es la primera mina de De Beers fuera de África y la primera mina de diamantes subterránea de Canadá. Tiene una capacidad de proceso anual de 1,1 millones de toneladas y una ley de mineral recuperable de 1,2 quilates por tonelada, lo que da una capacidad de producción de unos 1,4 millones de quilates de diamantes cada año.

La mina inició la producción comercial en 2008 y tiene una vida estimada de más de 20 años. El cuerpo mineralizado del Lago Snap es un dique de 2,5 metros de grosor que se inclina a un ángulo medio de 12-15 grados desde la orilla noroeste, pasando debajo del lago. Eso lo diferencia de la mayoría de los depósitos diamantíferos de kimberlita, que se llaman ‘chimeneas’ por su forma cónica.

Todos los empleados participan en reuniones diarias de seguridad al iniciar su turno y participan de otra reunión semanal. Reciben además una tarjeta de seguridad de cinco puntos que plantea preguntas como éstas: ¿Es el estado de entradas y galerías apropiado? ¿Están en orden el lugar de trabajo y los equipos? Esta tarjeta también estimula iniciativas de seguridad cada día, prestando atención a condiciones inseguras, por ejemplo, un cable que podría hacer tropezar a alguien.

“Para lograr un hito como éste, hace falta un compromiso a largo plazo en el que cada empleado, desde el taller hasta la dirección, se responsabilice de su propia seguridad y la de sus colegas,”, dice Cathie Bolstad, directora de Asuntos Externos y Corporativos de De Beers Canadá.

El equipo también usa sistemas llamados Capacitación en Evaluación de Riesgos y Evaluación de Tareas ‘Cinco Grandes’ con 10 preguntas a los empleados sobre sus tareas y el lugar de trabajo, para identificar riesgos y condiciones inseguras o incorrectas. Al iniciar cada tarea, los empleados reciben un plan de trabajo seguro que especifica el procedimiento para un trabajo o una reparación en concreto.

“Históricamente, en la industria minera se producen accidentes y el mantenimiento suele ser una de las áreas clave donde se producen”, dice Marc Stuparyk, jefe de proyecto para el mantenimiento en Snap Lake. “Con los programas de seguridad de Sandvik y De Beers, somos muy conscientes de esto y nos aseguramos de no ejecutar trabajos de forma insegura. No arriesgamos la salud de nadie”.

En casi seis años, no ha habido un sólo accidente con baja laboral. El incidente más grave fue cuando un empleado se cayó y recibió tres puntos de sutura en el codo. Volvió al trabajo el mismo día.

Es un hecho conocido que la minería representa riesgos y la percepción del público es que es un entorno muy descontrolado”, dice Larsen. “Lo cierto es que es posible gestionar y mitigar los riesgos. No queremos que nadie se lastime. Un producto que lleva asociado el sufrimiento humano no tiene ningún valor”.

Tanto Sandvik como De Beers han tenido que trabajar duro, luchando contra una serie de desafíos que de por si son riesgos, como el frío, el viento y el terreno pantanoso.

Los empleados de Sandvik que trabajan en Snap Lake, la primera mina de diamantes subterránea de Canadá, llegan en avión para trabajar turnos de 12 horas durante dos semanas y luego se marchan para dos semanas de descanso. No hay ningún aeropuerto comercial cerca y ésa es otra razón por la que es primordial asegurar la seguridad.

“De Beers está comprometida con una explotación segura, protegida y rentable, sin lastimar ni a las personas ni al entorno”, dice Bolstad. “Para eso, debemos contar con personal que comparta el mismo principio”.

Sandvik ha trabajado en otras minas con historiales de seguridad impresionantes pero Snap Lake sobresale por la colaboración exitosa entre las dos empresas, que se remonta a 2004 cuando De Beers buscaba un proveedor.

“Durante mucho tiempo, De Beers no habló ni de equipos ni de dinero”, dice Larsen. “La pregunta era: ‘¿Nos llevaremos bien?’”.

Las dos empresas realizaron una evaluación exhaustiva para confirmar si sus respectivas culturas y valores eran compatibles. Las dos empresas conectaron y, a pesar de los cambios de personal con el tiempo, la cultura y el foco en la seguridad son cada vez más sólidos.

“Trabajamos juntos y nuestra relación va viento en popa”, dice Larsen.

Texto: Lindsay Holmwood