Inspiración para el riego
PROVINCIA DE MPUMALANGA, SUDÁFRICA. Un proyecto que aprovecha el agua procedente de la minería para la irrigación abre posibilidades de aumentar la producción de alimentos, empoderar las comunidades locales y mejorar la sustentabilidad de la minería y la agricultura.
La minería sustentable es un desafío personal para Kennedy Botsheleng.Tan importante como la extracción del carbón, es devolver la tierra lo más parecido posible a su estado original antes de la minería, piensa.
“Mi padre era granjero y durante mi infancia solía ir a la granja todos los fines de semana”, recuerda Botsheleng, gerente de la mina de Mafube.
Todavía trabaja en el campo en su tiempo libre y tiene pensado dedicarse a la agricultura cuando se jubile. “Mi obligación es dejar la tierra en un estado que permita volver a cultivarla”, dice. “¿Y qué decir de las generaciones venideras? Una vez extraído el carbón, debe ser posible continuar trabajando la tierra. En 2050, no habrá alimentos suficientes para todo el mundo. Debemos asegurarnos de dejar tierras aptas para la agricultura”.
Mafube, un emprendimiento compartido al 50% por Anglo American y Exxaro Resources, es una de las pocas minas de carbón de Sudáfrica que repone los estériles extraídos. Una vez agotado, cada rajo se llena con el lastre del rajo siguiente, en un proceso de rehabilitación continua.
“Con esta técnica, podemos sincronizar la rehabilitación y la explotación,” continúa Botsheleng. “La tierra que dejamos se puede volver a arar y, con el tiempo, crecerá hierba donde podrá pastar el ganado”.
La mina está situada a unos 180 kilómetros al este de Johannesburgo, en la provincia sudafricana de Mpumalanga. Con casi el 6,5% de la superficie total de Sudáfrica, esta provincia tiene cerca del 80% de las reservas de carbón del país.
La provincia es también una de las regiones agrícolas más ricas de Sudáfrica y la agricultura representa la principal fuente de empleo. Dos tercios de la superficie de Mpumalanga se destina a la agricultura y la ganadería extensiva. La región de Highveld, más árida, donde se concentran las abundantes reservas de carbón de la provincia, también produce más de la mitad de la soja cultivada en Sudáfrica, además de maíz, trigo y otros cereales. En la región subtropical de Lowveld, se cultivan cítricos, hortalizas, nueces y caña de azúcar.
La coexistencia de la minería del carbón y la agricultura –dos grandes consumidores de agua en un país donde escasea– resulta llamativa, pero un proyecto de riego está beneficiando a ambos sectores.
el uso de aguas residuales de la minería para el riego podría ayudar a Mafube y a otras minas a resolver un desafío importante: la gestión sustentable de grandes volúmenes de agua tras el cierre de una mina. El destino del agua que no puede ser tratada y devuelta al entorno ha sido un dolor de cabeza para los operadores de minas, una vez agotadas las reservas de mineral.
El gobierno de Sudáfrica eligió a Mafube como primera mina piloto en una colaboración público-privada para determinar la viabilidad y sustentabilidad de usar el agua procedente de las minas para el riego.
El Departamento de Agua y Saneamiento de Sudáfrica, la Comisión de Investigación sobre el Agua y el Órgano Coordinador del Agua de Minas –una plataforma colaborativa para el cierre sustentable de minas creada en 2018– participan en el proyecto en colaboración con las empresas mineras Anglo American, Exxaro Resources y South32, y un agricultor local.
Empleados de Mafube ayudaron a crear la infraestructura, que incluye un terreno de prueba compuesto por 30 hectáreas de suelo virgen y otro en tierras mineras rehabilitadas. Se han alternado cultivos de verano e invierno resistentes a la salinidad, regados con agua salina de pH neutro que no precisa tratamiento. Una vez contaminada por el contacto con minerales, el agua de las minas no puede devolverse a los sistemas fluviales. Pero como agua de riego es un recurso útil. No solo ahorra agua potable sino también podría reducir la dependencia de las lluvias estacionales y la sobreexplotación de las cuencas hidrográficas locales, abriendo la oportunidad de cultivar durante todo el año. En una región donde sólo llueve durante los meses de verano, las ventajas son evidentes.
“Las minas pueden ayudar a proteger los recursos hídricos y a alcanzar la seguridad alimentaria”, afirma Botsheleng.
El proyecto concluirá en 2021, tras cinco anos de pruebas, y los resultados provisionales corroboran investigaciones anteriores sobre la idoneidad del agua de las minas para el riego. Cuando se regaron cultivos de maíz con agua de la mina de Mafube, las cosechas mejoraron un 80% respecto a una cosecha sin riego.
“Mejorando las cosechas, aumenta la oferta de alimentos para las comunidades. Y hay efectos positivos para el empleo, la agricultura local y la actividad económica en general”, continúa Botsheleng.
El proyecto también plantea el uso de tierras mineras rehabilitadas para la agricultura comercial. “Este proyecto es la respuesta a la creencia errónea de que las minas abandonan la tierra sin restaurar y sin ofrecer ningún beneficio a largo plazo cuando acaba la explotación”, dice Botsheleng.
La iniciativa de riego es uno de los pilares del proyecto Motor Verde de Anglo American, que estudia el cierre de minas y cómo puede ayudar la empresa a crear oportunidades de empleo estable en las comunidades, una vez acabada la actividad minera.
la empresa también pretende reciclar o reutilizar el agua para satisfacer el 75% de sus necesidades globales de agua en el marco de su Plan de Minería Sustentable, que se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sustentable de las Naciones Unidas. Si se confirma la viabilidad del riego, el gobierno sudafricano proyecta elaborar directrices nacionales para su implantación a gran escala.
Botsheleng destaca el impacto de la iniciativa de Mafube.
“Este proyecto revolucionará la industria minera”, pronostica Botsheleng. “Convertir el agua acumulada por las minas en un recurso útil, empoderar las comunidades locales y potenciar la actividad agrícola, es algo que beneficia a todos. Los efectos positivos seguirán notándose mucho tiempo después de que hayan cerrado las minas”.